Dec 16/02 - PMB Articulo ¡Llegó la hora!, El Universal
El Universal
Caracas, 16 de Diciembre 2002
OPINION
¡Llegó la hora!
Pedro M. Burelli B.
Por fin llegó la hora de rematar esta ardua pero ineludible faena. Es la hora pautada por el destino para que todos asumamos las responsabilidades que se equiparan con la magnitud del sacrificio y la demostración inédita e infatigable de la más profunda y sentida convicción democrática de todos los que hacen a un país.
En orden de prioridad y responsabilidad, el primero que debe actuar es el deslegitimizado y desnaturalizado presidente de la República. Si una vez obtuvo y renovó _o sonsacó_ un mandato amplio pero de un pueblo abstencionista y apático, no puede ser tan indolente como para pretender detener hoy ese caudal humano que marcha, canta, siente y piensa en grande, simplemente porque se desvía, y de qué manera, del guionzuelo que improvisaba a diario.
Luego ese componente visible de la clase política que tiene que tener mucho cuidado de no contagiarse de la ceguera y sordera presidencial. Esta especie de costra no siente ni oye ni ve que su liderazgo se extinguió completamente como candela de vela en el viento, y a punta de hastiados votos en diciembre del 98 y subsiguientes escaramuzas electorales. Aún no admiten su relación íntima con la llegada y persistencia de un personaje como Hugo Chávez.
¿Entenderán además esta casta y sus 'mandamases' la cuota de responsabilidad que ellos tienen en la más odiosa y repetida fábula con la que nos autodenigramos a diario los venezolanos? Esa que miente al relatar que 'lo único malo de lo que Dios procuró para Venezuela son los venezolanos'.
Al bate, los nuevos líderes que vemos emerger por doquier. No dudo que la oportunidad de ponerse delante de un pueblo noble, corajudo y democrático hasta el tuétano sea atractiva para miles de quienes con talento innegable y vocación de servicio a prueba de balas lo conforman y colorean. Ellos estarán a la altura, pues el pueblo jamás seguirá a un cantamañanas más y para eso sí ha valido la pena tanta angustia, tanta penuria, tanto caminar y tantas lágrimas de tantas madres. La hora les llegó y el pueblo se lo pide a gritos y banderazos.
Los valientes militares democráticos de nuestra sometida Fuerza Armada tienen la tarea prioritaria y titánica de comandar el reencuentro y la re-construcción, cuanto antes, de una institución para que vuelva a poder cumplir su verdadera y única misión, que no es otra que velar por nuestra seguridad física en situaciones extremas o de amenaza externa, y respaldar con su simple, subordinada y profesional existencia la convivencia pacífica y en democracia de todos los venezolanos y las relaciones armoniosas con todos nuestros vecinos y aliados naturales. Y aquí, como en cualquier otro campo, quedó algo claro, los líderes no se inventan. Ellos se hacen y los suyos los reconocen.
Finalmente no es necesario decirle nada a este valeroso pueblo sobre cuál es su responsabilidad. Ellos lo saben y la han asumido como líderes que son de su propio destino. La política es demasiado importante para ser apáticos y estoy seguro de que luego de la necesaria transición de preparación y cuando lleguemos a esa hora de contarnos, la participación popular, voluntaria y decidida, batirá todo tipo de récord y habremos dado todos ¡UN PASO ADELANTE!
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