PMBComentario: ojala que en el Departamento de Estado alguien lea y le haga caso a Marcela Sánchez. Si algo es evidente es que Hugo Chávez necesita una confrontación con los EEUU como los peces necesitan el agua, es decir en cuantía y ya! Lleva meses subiendo el tono de sus ataques y amenazas, y sin embargo no logra mostrar a los suyos la evidencia de los muy mentados planes de invasión o magnicidio que dizque tienen preparados los gringos. Menos aun ha logrado que el Presidente Bush se digne a responderle, o siquiera a mencionarlo en publico. Para un narcisista-paranoico, que además dicen esta sobre-medicado con lithium, la indiferencia debe ser la peor de las torturas. Su reacción contra la DEA - justificada o no - parece mas producto de una estrategia publicitaria orientada a buscar deliberadamente la " descertificación" …por lo cual caer en la trampa de complacerlo seria un garrafal error. Quizás lo que hay que hacer es dejar a Venezuela en suspenso mientras "se evalúa las implicaciones en el corto, mediano y largo plazo de las últimas medidas unilaterales del Gobierno Venezolano". Ojala que el deseo de aparentar estar haciendo algo con respecto a Chávez no lleve a Washington a caer en la trampa que Chávez, con la ayuda de su mentor Ricardo Alarcón, le han tendido. PMB
PD: al final del articulo de Marcela, incluyo una nota de prensa de 1998 que hace referencia a la opinión del ultimo Canciller de la democracia Venezolana sobre lo odioso del tema de la certificación unilateral...en el fondo ahí es donde sigue residiendo el problema y es por ello que tipos como Chávez tienen instrumentos que pueden usar para perturbar a los certificadores.
Washington Post
De nada sirve sancionar a Venezuela
Por Marcela Sanchez
Friday, August 19, 2005
Más allá del petróleo, el último vestigio de una relación racional y de cooperación entre Estados Unidos y Venezuela se encuentra en la lucha contra las drogas. Desde el 2002, autoridades venezolanas han confiscado cantidades record de cocaína, cuyas cifras solo son comparables con las alcanzadas en México. El año pasado Washington alabó la "excelente" contribución venezolana para frenar a organizaciones de tráfico de drogas que se aprovechan de la permeable frontera de 2200 kilómetros de ese país con Colombia.
La semana pasada, sin embargo, el Presidente venezolano Hugo Chávez suprimió la cooperación con la agencia estadounidense antidrogas DEA, acusando a sus agentes de espías y posteriormente suspendiendo su inmunidad diplomática. Washington por su parte revocó la visa de tres oficiales militares venezolanos, incluido un alto comandante antidrogas. Al mismo tiempo le recordó a Caracas que según la ley estadounidense, el Presidente Bush deberá decidir el mes entrante si Venezuela puede ser certificado por "cooperar plenamente" en la lucha contra las drogas.
A menos que el significado de cooperación plena haya cambiado, es probable que Bush descertifique a Venezuela bajo la ley de Control Internacional de Narcóticos de 1992. Esto quiere decir que Washington declarará a Venezuela un mal socio y a menos que encuentre un argumento para prescindir de la aplicación de sanciones, suspenderá toda ayuda que no sea antidrogas o humanitaria; además pondrá fin al apoyo a préstamos para Venezuela de instituciones multilaterales. Pero aunque la ley estadounidense y las acciones venezolanas justifican la descertificación, dicha medida sería en gran parte contraproducente.
Para empezar, de nada serviría en el propósito de fortalecer la lucha antidroga. A Chávez no le preocupa nada el oprobio que acompaña a la descertificación --sabe perfectamente que Washington considera ya a Venezuela casi como un país paria. Además, Venezuela está volando alto con los precios del petróleo y difícilmente depende de la ayuda estadounidense. Quinto productor mundial de petróleo, el país andino alcanzó la semana pasada un record histórico de $31 mil millones de dólares en reservas internacionales. De los $3.5 millones de ayuda estadounidense asignada a Venezuela para este año, solo $500,000 serían suspendidos bajo la descertificación.
Más significativo aún, como advierte Rand Beers, secretario asistente de estado para asuntos antidrogas bajo los Presidentes Clinton y Bush, la medida es "un instrumento brusco" que tiende a causar "mayores efectos" negativos que los previstos. En Colombia, la descertificación destinada a castigar al gobierno de Ernesto Samper en los 90, terminó perjudicando al país entero. Desde 1999 le ha costado a Washington unos $4 mil millones de dólares ayudar a Colombia a recuperarse.
Aunque las consecuencias involuntarias en Venezuela tal vez no sean económicas, la descertificación muy seguramente fortalecerá a Chávez. El líder andino se deleita con cualquier acción de Washington que parezca imperialista o extrema y la usa hábilmente para mantener viva su revolución. La descertificación impuesta por el principal consumir de drogas del mundo parecería hipócrita y sólo aumentaría la simpatía hacia Chávez entre quienes sospechan de Washington.
La descertificación también daría un golpe mortal a algunos de los avances más significativos en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela en años. Desde que llegó a Caracas hace un año, el Embajador estadounidense William Brownfield ha visitado con frecuencia barrios pobres de Caracas, lo que sugiere por lo menos un aprecio tácito por lo que constituye la fuente de poder de Chávez.
En febrero, la embajada estadounidense auspició unas sesiones de béisbol para jóvenes en Caracas con el jugador de los Yankees de Nueva York Bernie Williams. La embajada también organizó y pagó instrucciones en Estados Unidos para entrenadores de béisbol venezolanos. Altos miembros del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara estadounidense han empezado a trabajar en un proyecto de ley que aumentaría recursos para tales iniciativas de buena voluntad.
Pero el hecho es que la descertificación de drogas debilitaría estas vías de acercamiento al descontinuar fondos estadounidenses para casi todo excepto emergencias. Eso es lamentable ya que estos gestos representan el comienzo de una política estadounidense más constructiva en Venezuela que toma más en serio la apremiante situación de los más pobres -- y especialmente debido a que el prestigio de Chávez entre los pobres podría estar erosionándose.
Después de siete años en su cargo, la mayoría transcurridos en pleno boom petrolero, los programas asistenciales de Chávez o misiones no han surtido todo el efecto esperado. De acuerdo con datos oficiales, la tasa de desempleo en Venezuela el año pasado era más alta (13.7 por ciento) que en 1998 (11 por ciento). Más del 53 por ciento de los hogares vivían en la pobreza el año pasado a diferencia de un 49 por ciento hace siete años. El porcentaje de hogares sin servicios básicos permanece exactamente igual.
Si la descertificación no hace nada a la postre para mejorar los esfuerzos antidrogas, si socava un enfoque estadounidense más constructivo, y si de hecho ayuda a apuntalar a Chávez, Estados Unidos necesita descertificar a Venezuela tanto como los estadounidenses necesitan continuar comprando drogas ilícitas. A pesar de la obvia idiotez de hacer ambas cosas, lo más probable es que las dos sucedan.
© 2005 Washingtonpost.Newsweek Interactive
UN POCO DE HISTORIA:
1997 - El Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó la evaluación por unilateral
EE.UU. otorgó certificación antidrogas a Venezuela
Washington, febrero 26.- El gobierno estadounidense reconoció que "Venezuela dio una serie de pasos importantes el año pasado para mejorar sus esfuerzos antidrogas", según destacó el informe del Departamento de Estado Norteamericano sobre Estrategia Internacional de Control de Narcóticos que otorga la certificación a Venezuela por la lucha contra el narcotráfico, el cual fue dado a conocer este jueves.
La secretaria de Estado norteamericana, Madelaine Albright, presentó este informe anual, que acompaña el anuncio de la "certificación" del gobierno estadounidense, mediante la cual se evalúa el nivel de colaboración de los países productores y de tránsito de drogas en la lucha de Estados Unidos contra este flagelo social.
Venezuela y otros 21 países recibieron la "certificación" de que cooperan en la lucha contra el narcotráfico.
El informe del Departamento de Estado citó, como ejemplo de los logros del gobierno venezolano en esta área, el nombramiento con rango de Ministro del presidente de la Comisión Nacional Antidrogas, Carlos Tablante.
"Los esfuerzos antinarcóticos de Venezuela resultaron en un incremento de más de 150 por ciento en los decomisos de cocaína en 1997", destacó el informe en las seis páginas y media dedicadas a Venezuela.
VENEZUELA RECHAZA LA CERTIFICACION
Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Burelli Rivas, a través de un comunicado expresó que el Gobierno reiteraba su rechazo a la certificación por considerarlo un proceso unilateral con efecto extraterritorial de legislaciones internas.
Asimismo el comunicado indica que Venezuela celebra que Estados Unidos "volviendo sobre sus pasos" esté contemplando utilizar un mecanismo de evaluación multilateral sobre los progresos de los países en la lucha contra las drogas.
Agregó la Cancillería que una evaluación multilateral permitirá que todos los países sean observados según normas transparentes y bajo la vigilancia de los organismos internacionales competentes". (Venpres)
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